Los talismanes

Existe una diferencia fundamental entre amuletos y talismanes, aunque son muchas las personas, incluso expertos en cartas astrales y quiromantes, los que los confunden. Por ello, a continuación indicaremos las características principales que los distinguen.

Talismanes

Mientras los amuletos sirven, fundamentalmente, para preservar a las personas que los poseen de ciertos peligros, el talismán posee propiedades especiales que le permiten llevar a cabo hechos portentosos en beneficio de su poseedor. Como podéis observar, ni amuletos, ni talismanes tienen nada que ver con las cartas astrales, pero si con los poderes ocultos.

Son varias las definiciones etimológicas de la palabra talismán. Procede del árabe "talism" o "tilsam", un vocablo que significa "imagen mágica". Por otro lado, en griego no encontramos con el término "thelema" o voluntad. Y en los libros herméticos encontramos el término "telesma" o fuerza astral.

La definición más extendida de talismán es la de objeto de piedra, marfil, metal, madera u otro material cualquiera, preparado en determinadas condiciones astrológicas y bajo ciertos rituales. Por lo tanto, el talismán es, independientemente de su forma, un objeto mágico con el que la persona que lo posee puede influir sobre fuerzas naturales o sobrenaturales.

La ciencia talismánica moderna señala que los talismanes toman su poder del fluido cósmico. Esto quiere decir que los talismanes son objetos capaces de encauzar las fuerzas astrales y cósmicas para que éstas tengan una influencia favorable sobre su poseedor.

Como acontece en la mayoría de las artes, los principios de la ciencia talismánica fueron también empíricos, pero el estudio y, sobre todo, la perseverancia de sus cultivadores la hicieron avanzar muy rápido, hasta llegar a un grado de desarrollo tan importante que hombres tan eminentes como Cornelio, Agrippa y Paracelso se ocuparon de ella en sus escritos.

Después de esta época el uso de los talismanes se incremento notablemente, extendiéndose hacia todas las clases sociales, desde la reina Catalina de Médicis, hasta los más humildes campesinos. El comercio de estos objetos, considerados en muchos casos sagrados, hizo despertar la codicia de los especuladores, quienes idearon talismanes falsos o réplicas de verdaderos para explotar la buena fe de las gentes indoctas. Este hecho contribuyó enormemente a desacreditar la ciencia talismánica, siendo muchos sus detractores, hasta que finalmente quedó totalmente olvidada.

La influencia de los talismanes en las personas puede asimilarse a cuando nos encontramos en presencia de una flor de perfume delicado y bellos colores que nos hace sentirnos arrobados y que nos produce una sensación de alegría, mientras simultáneamente aumenta nuestra vitalidad.

También es sabido que una persona sana emite radiaciones y emanaciones que pueden obrar como un talismán sobre una persona enferma. Igualmente, si a una persona joven y sana se la condena a convivir durante cierto tiempo entre gente enferma y achacosa, en muy poco tiempo sus fuerzas disminuyen y su juventud se marchita. Por este motivo, han sido muchos los magnates y emperadores de la antigüedad que, cuando se acercaban la vejez, se rodeaban de gente joven, sana y alegre, con el fin de que actuasen como talismanes rejuvenecedores, aunque esto no siempre fuera beneficioso para esos jóvenes. Esto es algo que se puede calificar como "vampirismo talismánico".

Por otro lado, son muchos los expertos que admiten el poder de los talismanes, pero atribuyendo dicho poder a la autosugestión de los que lo poseen, siendo la fe en el poder del talismán la que opera el milagro y negando que el propio talismán tenga ningún tipo de poder.

Todas las doctrinas y prácticas de la magia talismánica derivan de la Cábala, que a su vez las tomó de las culturas de Caldea, Egipto y Babilonia.

Se dice que los talismanes deben hacerse siempre en días claros, días sin una sola nube en el firmamento. Tampoco deben fabricarse cuando el Sol se encuentra en su ocaso, siendo el momento más favorable las primeras horas de una mañana de primavera.

Las formas de los talismanes varían según sean las virtudes que se les quieran atribuir. Los hay de todas las forma triangulares, cuadrados, rectangulares, pentagonales, hexagonales, heptagonales, octogonales, etcétera. También existen de forma irregular, aunque a los que se atribuye un mayor poder son de forma circular u ovalada.

Los materiales utilizados en su fabricación son también muy diversos; encontramos talismanes de marfil, de hueso, de madera, de barro cocido, de los siete metales planetarios y de pergamino virgen.

Es importante saber que los talismanes deben ser hechos por uno mismo. Cuando esto no es posible debe encargarse a una persona que esté iniciada en la ciencia talismánica. Esta persona debe poner en la fabricación del talismán una firme la voluntad y tener los mismos deseos y la misma intención que la persona que se lo ha encargado. Resulta imprescindible que la persona que va a recibir el talismán presencie la operación talismánica, siguiendo mentalmente todas las acciones del maestro, como si fuera ella misma la que lo está fabricando. Durante la fabricación del talismán, en el lado izquierdo del mago, debe quemarse el perfume que se corresponda con el día en que nos encontremos.

Como utensilios mágicos para la elaboración de un talismán de metal se deben utilizar un punzón y una bolina.

Si se tratan de los talismanes en pergamino virgen, entonces hay que utilizar una pluma de auca, y las tintas áureas, celeste y la de los siete perfumes astrales y planetarios. Con la tinta áurea se trazan los signos cabalísticos, con la tinta celeste se escriben los nombres de los ángeles, y con la tinta de los siete perfumes se dibujan las figuras simbólicas del talismán.

Una vez terminado el dibujo o el grabado del talismán, hay que someterle al perfume adecuado y guardarlo en una bolsa pequeña de seda del color perteneciente al planeta que le corresponde.

Los perfumes planetarios y astrales son siete, correspondiéndose con los siete planetas que rigen los siete días de la semana. Por lo tanto, el perfume de la Luna se quema el lunes, el de Marte el martes, el de Mercurio el miércoles, el de Júpiter el jueves, el de Venus el viernes, el de Saturno el sábado y el del Sol el domingo. Estos perfumes son del agrado de los genios que están presentes y presiden la fabricación del talismán, ahuyentando los espíritus malévolos que tratan de introducirse en el talismán con el fin de perturbarlo y hacerlo ineficaz.

Todos estos datos se pueden leer en el libro "Clavículas de Salomón" de Iroe el Mago.

El talismán más poderoso de todos los que han existido alguna vez es el conocido con el nombre de "Sello de Salomón".

Algunos talismanes, como el "Anillo de Giges", en el que había engarzada una piedra mágica muy difícil de encontrar y que, según la leyenda talismánica, sólo se puede encontrar en los nidos de las abubillas. Se dice que quienes lo poseyeron alguna vez tenían el poder de volverse invisibles al ponerse el anillo, siempre que se lo ponían en el dedo índice. También el "Sello de Salomón" otorgaba esta facultad.

Y para terminar os diremos que existe una palabra que se utiliza en muchas leyendas de talismanes, se trata de la apalabra abracadabra, una palabra que para que tenga verdadera efectividad debe escribirse de manera que forme un triángulo.

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